Los datos están revolucionando el mundo empresarial, propiciado por un avance tecnológico sin precedentes. Ya son muchos los sectores que están comenzando a trabajar con ellos, obteniendo como consecuencia, un mayor conocimiento de sus clientes y el lanzamiento de acciones más personalizadas y por tanto, más eficaces. El comercio minorista está viviendo un momento muy especial, originado por ese cambio de hábitos de compra protagonizados por generaciones como la milenial y la Z, la cual les está obligando a reformular su negocio. Sin embargo, ¿por qué no aprovecharse precisamente de los datos que son capaces de recoger, así como de la tecnología existente? En este post intento ponerte en situación para que, si te dedicas a este sector y aún no te has puesto manos a la obra, lo hagas cuanto antes. ¿Comenzamos?
Tras el crecimiento del comercio online, y el cierre de aquellas tiendas que no han sabido o podido adaptarse a las nuevas exigencias del consumidor, llega un estado de O2O bidireccional, es decir, el paso de tiendas online al offline y al revés.
Esta estrategia no es otra que poner al alcance del consumidor su oferta, pero a través de diferentes canales, eligiendo este el que más le convenga en el momento de hacer la compra.
Ante este hecho, el comercio minorista tradicional, necesita “ponerse las pilas” y la tecnología podría ayudarle a dar un impulso importante.
Según los últimos estudios, aproximadamente el 82% de los consumidores afirma haber comprado de manera online en los últimos 3 meses, utilizando sus smartphones para buscar información sobre la compra.
Las generaciones más jóvenes, del mismo modo, afirman que prefieren la experiencia de compra online a la física, sobre todo porque con esta primera evitan colas y aglomeraciones de gente, evitando las tiendas siempre que puedan.
Leyendo esto, puedes pensar que el comercio minorista tiene los días contados, sin embargo, nada más lejos de la realidad, ya que los datos nos dicen que se abren más tiendas de las que se cierran.
En Estados Unidos, por ejemplo, se prevé que para el 2023 el comercio online sólo representará el 21% de las ventas totales, siendo sólo un 5% de estas para bienes comestibles. Estos datos vienen a reforzar la idea de que el futuro del retail estará en aquellos negocios que sepan crear verdaderas estrategias omnicanales – “Qué es una estrategia omnicanal”.
Pero esta estrategia omnicanal no es tan sencilla de llevar a cabo, ya que para ello se hace necesario el uso adecuado de tecnología emergente, así como la recogida y procesamiento de datos que ayuden a los comercios a conocer mejor a sus clientes y así poder ofrecerles una experiencia de compra CX acorde con sus expectativas.
La recompensa para aquellos comercios minoristas que sepan hacer esto, puede ser significativa. Piensa que el 83% de los clientes dicen que desean que su experiencia de compra sea personalizada de alguna manera, y según diversas investigaciones, la personalización efectiva puede aumentar los ingresos de la tienda entre un 20 y un 30%.
Entre las tecnologías de las cuales se puede sacar partido desde ya, estarían el machine learning y las técnicas de análisis de Big Data. Estas, pueden ayudar hoy, a cualquier comercio minorista, a procesar las grandes cantidades de datos de clientes que ya acumulan.
Por otro lado, los robots y los sistemas de automatización se están mudando de las fábricas a los almacenes y centros de distribución. El Internet de las Cosas (IoT) permite rastrear los productos a través de cajas o en estantes, con precisión milimétrica.
Por todo esto, podemos decir que, ahora es un buen momento para que los minoristas acepten el desafío de reunir tecnología y datos en el mundo offline.
No hay duda de que, al final, esta tecnología va a provocar una evolución del journey del consumidor tradicional, ya que la aparición de estas nuevas tecnologías provoca a su vez, un cambio en la experiencia de compra.
Imaginemos el journey de la tienda del futuro.
En esta tienda del futuro, cualquier consumidor al llegar se le reconocería al instante. La tienda, a través de un sistema específico, alertaría de la presencia del cliente. Esto lo haría, bien cuando su teléfono inteligente se conectara al WiFi gratuito, bien a través de una tecnología de reconocimiento facial, si el punto de venta lo tuviera, o bien a través de otra tecnología similar.
El consumidor, aceptaría sesión a través de su dispositivo móvil (Smarthphone, Smartwatch…), y el establecimiento accedería a la lista de la compra creada previamente por el consumidor. Esta lista, la construiría el cliente tranquilamente desde su domicilio el día anterior, a través del escaneo de artículos.
Una vez dentro del establecimiento, al comenzar a pasear por los pasillos de la tienda, se irían iluminando las pantallas de las estanterías inteligentes, mostrando los artículos que corresponden con esa lista de la compra, así como productos en promoción u ofertas que puedan resultar como consecuencia de las preferencias del consumidor. Además, destacaría productos que ha comprado de manera regular en otras circunstancias, así como complementarios de estos.
Imagina que el consumidor se siente tentado por alguna promoción personalizada que le ha aparecido en su teléfono al acercarse por el pasillo. Este, podría compararlo con su compra habitual. Para ello, escanea con su móvil los productos correspondientes, y gracias a la realidad aumentada descubriría toda la información de cada uno de ellos, de una manera atractiva y amplia. Gracias a ella, se decantaría por uno de ellos en concreto y lo metería en su carro de la compra.
Con el carro ya lleno, el consumidor saldría de la tienda, no siendo necesario verificar nada, ya que los escáneres RFID y los sistemas de visión artificial ya han identificado cada artículo que metió en la bolsa, así como su tarjeta de crédito, la cual tienen guardada en los archivos del comercio minorista, cargándose automáticamente al pasar por la puerta.
Sin embargo, la experiencia de cliente no será la única que se verá alterada con los avances tecnológicos y de análisis de datos. Los empleados son otros de los que notarán un profundo cambio en su trabajo. Vamos a verlo.
La tecnología no solo reconfigurará la experiencia del cliente en las tiendas del mañana: trabajar en el comercio minorista también será muy diferente.
Una de las grandes novedades, podría ser la autoselección de horario, turnos… a través de una aplicación móvil del empleado del comercio minorista en cuestión. A través de esta, por ejemplo, cualquier empleado podría seleccionar con una semana de antelación, qué turnos le interesaría más cubrir, incluso, ganar primas al ofrecerse como voluntario para turnos difíciles de llenar. Del mismo modo, el empleado podría intercambiar turnos si tuviera la necesidad a través de dicha aplicación.
Una vez el empleado tiene seleccionado y claro sus turnos de trabajo, es hora de ponerse manos a la obra. Uno de los principales y fundamentales trabajos en todo reatil es mantener siempre a punto los lineales del establecimiento. Gracias a tecnología de monitorización basada en sensores, el empleado sabe en todo momento el estado de las existencias en los estantes de la tienda. A través del machine learning, se planificaría el cronograma de reabastecimiento, y los artículos serían entregados o retirados por carros robot que se deslizan silenciosamente y con seguridad por la tienda.
De este modo y gracias a la tecnología, los empleados podrían dedicar la mayor parte de su tiempo a interactuar con los clientes ofreciendo consejos sobre nuevos productos y formas de uso, o respondiendo sus preguntas.
Para hacer más personal el trato con el cliente, el empleado dispondría de un terminal portátil el cual le permitiría acceder a las preferencias del cliente, así como sus hábitos de compra. Además, podrá acceder en tiempo real al nivel de stock y ubicación de un producto concreto. De este modo, ofrecería una experiencia mucho más satisfactoria.
Por otro lado, esta tecnología permitiría a los responsables de tienda, dedicar mucho más tiempo a planificar acciones promocionales y ajustar ofertas en colaboración con otros colegas de otros puntos de venta. Además, algunos trabajos que les llevaban mucho tiempo como la creación de informes asociados, ahora saldrían de manera automatizada mediante herramientas de inteligencia artificial.
Del mismo modo, el responsable de tienda tendría un aviso de alerta automatizado en su dispositivo móvil cuando una situación necesitara de atención en tiempo real. Por ejemplo, que una promoción estuviera funcionando peor que en el resto de las tiendas. Todo esto implica que el responsable de tienda podría concentrar sus esfuerzos en mejoras de rendimiento y servicio. Mucho más valioso para la firma que las tediosas labores habituales de hoy día.
Por último, una de las grandes ventajas que tendrán aquellos establecimientos que abracen a tiempo la tecnología y los datos, está en poder lanzar promociones, ‘sabiendo’ qué pasará con ellas, gracias a haberlas probado con anterioridad a través de realidad virtual, y haber utilizado un gemelo digital interactivo de la tienda.
Sin embargo, los cambios no quedan sólo en el cliente y el empleado. También se verán importantes avances y modificaciones al nivel de finanzas. ¿Quieres saber de qué te hablo? Pues vamos a por ello.
Otro aspecto que variará y evolucionará de manera significativa en el sector retail es todo lo relacionado con la cuenta de resultados.
Las ofertas personalizadas y los surtidos optimizados probablemente aumentarán las ventas y reducirán el desperdicio. Del mismo modo, las oportunidades de aumentar las ventas y la venta cruzada, ya sea de forma automática o en persona a través de los empleados, aumentarían el tamaño de las cestas de la compra, y a su vez, las tasas de conversión.
El perfil de los empleados en el comercio minorista también cambiará. Los trabajadores tendrán que estar más cualificados y más próximos a las nuevas tecnologías, y por tanto, esperarán ganar más, lo que elevará sueldos en aproximadamente un 20%. Sin embargo, es probable que los salarios totales disminuyan, ya que la automatización y la tecnología ayudarían a cambiar el equilibrio del gasto laboral hacia un trabajo con valor agregado y orientado al cliente, mucho más eficaz.
Consultoras como McKinsey, estiman que la Tienda del Futuro logrará márgenes el doble superiores a los actuales, con los beneficios adicionales de una mejor experiencia del cliente, una mejor participación de los empleados y una tienda más fácil de manejar.
Este tipo de comercio minorista está en su fase inicial. Sin embargo, toda la tecnología que he descrito está accesible hoy día para cualquier retail. Los líderes minoristas deben actuar ahora para preparar a sus organizaciones para una revolución tecnológica en la experiencia y eficiencia del cliente, como he comentado a lo largo de todo este post, a través de la tecnología, pero también de los datos y su análisis.
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