Todos sabemos que la única manera de seguir avanzando y mejorar, es innovando. La innovación permite dar respuesta a los diferentes retos económicos, sociales y ambientales a los que se enfrenta la sociedad actual, siendo además, el motor de la economía del conocimiento. Pero ¿qué es realmente la innovación? Y mejor aún, ¿cómo puede tu empresa poner en marcha proyectos innovadores? En este post te cuento qué es la innovación y te doy algunas pautas para que puedas empezar a poner en marcha todas esas ideas innovadoras que tienes en tu equipo. Vamos allá.
“Si buscas resultados distintos, no hagas siempre lo mismo”. Conoces esta frase, ¿verdad? Exacto, Albert Einstein. Para mí, un mantra en mi día a día, y una de las mejores citas para justificar la innovación. Si nos atenemos al Manual de Oslo de 1997, “innovación es utilizar el conocimiento, y generarlo si es necesario, para crear productos, servicios o procesos, que son nuevos para la empresa, o mejorar los ya existentes, consiguiendo con ello tener éxito en el mercado”. Esto quiere decir que innovar es crear valor y utilidad sobre todo en tres ámbitos: en productos y servicios; en procesos; y en el lanzamiento a los mercados.
Sin embargo, todo este proceso no tendría sentido sin poner en el centro al consumidor, ya que el fin último es que la innovación dé respuesta a las necesidades de las personas. La historia está repleta de ideas innovadoras que han sido un fracaso absoluto, debido a que no tienen ninguna aplicación en el mercado, ya que no cubrían ninguna necesidad. No cometas el mismo error, y coloca las necesidades de las personas por delante de todo.
Siguiendo este planteamiento, podríamos decir que la innovación se implementa en estos tres campos:
Según el Manual de Oslo de 2005, estos son los tres puntos básicos para cualquier empresa, y recalca que se consideran innovación incluso si estos métodos ya existieran y fueran sólo novedosos para la empresa que los está implantando. Por tanto, no tengas miedo a la innovación. Esta puede estar perfectamente presente en tu compañía, y lo que es mejor, puede suceder en cualquier ámbito de tu organización.
Las personas de manera inconsciente, estamos permanentemente innovando, aunque sea a bajo nivel, y esta nunca llega a su fin, ya que tiene un comportamiento cíclico de continua mejora.
La innovación nos permite recorrer un camino desconocido que nos dirige hacia una meta, la cual una vez conseguida, nos abre otros nuevos caminos, también desconocidos. A veces no se llega a la meta establecida, dirigiéndote a otro resultado el cual no esperabas, que no es ni mejor ni peor. En muchos casos, sólo es diferente. En estos casos, la solución, siempre es más innovación.
Como ves, la innovación está en nuestro ADN, pero llevarla a cabo no es gratis. Para ello, tienes que poner en marcha una serie de recursos, tanto económicos como de tiempo, personas y gestión. Sin embargo, el coste de innovar siempre va a ser menor que no hacerlo.
En definitiva, podemos decir que innovar realmente es una actitud. Es pensar que para mejorar la situación actual es necesario hacer algo diferente y pensar que el futuro puede ser mejor que el presente.
¿Estás dispuesto a comenzar a innovar? A continuación, te cuento cómo poner en marcha proyectos relacionados con la innovación.
Seguro que, si buscas en Internet, encontrarás una gran diversidad de fases y procesos para llevar a cabo un proyecto de innovación. Todos son igualmente válidos. En este post te explico las fases que yo considero puede ser útiles si vas a afrontar tu primer proyecto de innovación.
Fases para realizar un proyecto de innovación:
#1. Presentación de la situación real.
Como en todo inicio de proyecto, lo primero que hay que hacer es conocer cuál es la situación actual lo más real que nos permita nuestra objetividad, y plasmarlo en un breve documento, que nos sirva para una vez se termine el proyecto, podamos comparar los resultados con la situación inicial.
#2. Identificar y delimitar el problema.
Esta fase es la extensión de la anterior. En otro breve documento, es necesario que plasmes cuál es el problema que quieres abarcar con este proyecto de innovación. Debes responder principalmente a estas preguntas: ¿Cuál es el problema? ¿cuáles son los síntomas o evidencias del problema? ¿dónde se presenta el problema? ¿cuándo se presenta el problema? ¿a quiénes afecta y cómo les afecta el problema? Y ¿qué provoca que exista el problema?
#3. Recolección, búsqueda y análisis de información.
Una vez que sabemos cuál es el problema, debemos comprender mejor la situación y el ámbito en el que vamos a desarrollar la innovación. Para ello, lo mejor es recoger fuentes de información tanto internas como externas que nos ayuden a hacernos una idea de ese campo. También es necesario encontrar situaciones similares a la nuestra, averiguar cómo se solucionaron y determinar cuáles han sido las consecuencias. Todo esto lo debemos plasmar en un pequeño documento donde aparezca un reporte de investigación y unas conclusiones.
#4. Análisis de propuestas anteriores
En este momento, se debe visualizar y revisar otros productos o servicios innovadores creados con anterioridad y ver cómo están funcionando actualmente.
#5. Búsqueda y selección de alternativas.
Esta fase se basa en la recolección de información científica y tecnológica que pueda servir para aplicar en nuestro caso concreto. Si nuestra innovación no está basada en temas científicos o tecnológicos, se entiende que esta búsqueda de información debe ir relacionada con la búsqueda en un alto nivel de estudios y ensayos profesionales relacionados con nuestro objeto. Una vez finalizado, debes crear un documento en el que plasmes las conclusiones de esa investigación, el cual te ayudará a incentivar tu creatividad. En este documento debes proponer al menos 3 alternativas de solución diferentes. De esas tres, debes decantarte por una de ellas como solución al problema planteado, justificando la elección de esta y no de las otras, de acuerdo a criterios de utilidad, economía, tecnología e impacto ambiental o social.
#6. Construcción de la imagen-objetivo.
Este es el momento de poner una meta clara a la que dirigirse todo el equipo implicado en el proyecto de innovación. Para ello hay que definir cuál es el propósito del proyecto, construir los escenarios deseables y generar la motivación necesaria para lograrlos.
#7. Planificación.
Aquí es donde tienes que pensar de qué manera vas a desarrollar el objeto de innovación. Aquí planificarás cuándo tendrá que estar el diseño del producto, por ejemplo. Con el número de dibujos necesarios, la creación de la maqueta, etc. Además, debes planificar la gestión técnica, organizando todo el proceso y controlando las actividades necesarias para llegar a ello.
#8. Ejecución de alternativa seleccionada.
Una vez diseñado el prototipo de innovación, es ahora cuando se debe poner a prueba el producto para comprobar el funcionamiento. Si este es correcto, el siguiente paso es implementarlo donde sea necesario para comprobar que soluciona el problema, así como verificar su correcto funcionamiento.
#9. Implementación de alternativa de solución.
Esta fase es única y exclusivamente para realizar tests y pruebas. Debes probar que funciona correctamente el producto o el proceso, y crear un documento que sirva de reporte de esos tests, en el cual puedas, además, verter una serie de conclusiones.
#10. Evaluación.
Ya tenemos nuestro objeto innovador, ya sea un producto, un proceso o lo que fuere. Ahora es necesario, al ver que funciona, realizar un amplio análisis de cuál ha sido el nivel de eficiencia y eficacia, cuál ha sido el nivel de calidad, así como cuáles han sido los impactos ambientales y sociales que haya podido causar.
#11. Comunicación.
Por último, comunícalo. Primero a tu empresa, que sepan el resto de empleados los cuales no han estado implicados en el proyecto, qué se ha conseguido. A continuación, cuéntale al mundo qué habéis desarrollado y de qué manera ha ayudado a hacer todo más fácil y mejor.
En Artyco consideramos la innovación como un elemento fundamental dentro de la organización y de cada uno de los componentes de nuestro equipo. El incentivar procesos, ideas e inquietudes que lleven a la creación de soluciones novedosas, las cuales aporten utilidad y valor a nuestros clientes, es básico para nosotros. ¿Hablamos?
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