Google cambia su algoritmo de media alrededor de 500 veces al año, esto sumado a los cambios en las tendencias, al trabajo diario de tus competidores o las vacilaciones en los resultados de búsqueda hacen que en ocasiones perdamos fuerza y tráfico a nuestra web. Pero esto no siempre tiene porque estar relacionado con una penalización.
En primer lugar deberemos verificar nuestro Webmaster así como el archivo robots.txt y el sitemaps de nuestra web, las tres partes deberán estar al día facilitando a Google nuestra indexación.
Hay ciertas características que se dan siempre que Google comienza una penalización. La primera y más clara, el tráfico orgánico mengua por días. Seguido a esto, nuestro sitio pierde visibilidad con palabras claves que ya estaban funcionando, el dominio de la web deja de aparecer incluso buscándolo por su nombre y ciertas páginas que antes sí salían en los resultados de búsqueda, son inexistentes.
Google no penaliza a nadie porque sí, detrás de una penalización, hay una mala actuación del site en algún ámbito. Lo importante aquí es saber qué ha hecho saltar la alarma al gigante buscador.
Como hemos comentado en otras entradas, las malas prácticas seo son la principal razón por la que podamos haber entrado en su punto de mira. Aquí resumimos algunas:
Google tiene 2 tipos diferentes de penalizaciones:
En estos casos una persona física revisa tu web y si es oportuno, aplica una acción manual. Después recibes una notificación a través de Search Console. Este el caso más grave de sanción y a su vez el más complicado de recuperar.
El algoritmo del buscador encuentra en tu web alguna señal de trampa y automáticamente aplica una sanción de pérdida de ranking. En este caso no hay ningún aviso ni previo ni posterior.
Aquí podrás saber cuáles son las directrices de calidad de Google.
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